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Leyendas

La china Ilaria

La leyenda de las gemelas

Estas es la leyenda de dos gemelas con una madre las cuales vivían en la ciudad de Aguascalientes, ellas eran de corta edad y su mama cuidaba de ellas, vivían a las afueras de la ciudad y para ir a la escuela ellas necesitaban cruzar una transitada carretera, ellas eran estudiantes entonces siempre su mama las acompañaba a la escuela .

Un día de muchos iban rumbo a su escuela acompañados de su madre pero ella recibió una llamada, le decían que tenia que estar urgentemente en el trabajo entonces dejo a sus hijas que siguieran su camino por si solas, ella les dio instrucciones de no separarse en su camino y fijarse en el cruce de la calle, la mama se fue un poco preocupada entonces camina unos cuantos pasos cuando escucho un golpe brutal, ella voltio y no podía creer lo que había sucedido, vio tendidas a sus dos hijas de bajo de un camión, la madre estaba extremadamente dolida no podía con lo que había sucedido.

Después de 4 años la mama logra salir adelante y tuvo otras gemelas curiosamente, después de lo que le había sucedido ella era mucho mas cuidadosa con sus hijas ella era extremadamente sobreprotectora pero no podía estar siempre con ellas, un día ellas estuvieron cerca del lugar dispuestas a  cruzar y estaban fijándose hacia los dos lados, en eso llego la mama las tomo de los hombros y desesperadamente les dijo que no cruzaran… a lo que ellas respondieron que no lo harían, no les volvería a pasar eso…

 

EL NIÑO DE LA PELOTA

Se cuenta que ubicado en Av. López Mateos del estado en Aguascalientes, México, hay un edificio de oficinas. Se encontraban un hombre y una mujer en el elevador y en lo que decidían a qué piso dirigirse, el ascensor se elevó. Les pareció un poco raro porque el ascensor estaba programado para ya no más subir se detuvo en el piso 4 donde las puertas no se abrían y solo escuchaban risas de un niño como que jugando con una pelota. El elevador bajó y ellos contaron lo que les había sucedido. El conserje del edificio muy tranquilamente les dijo que también lo ha escuchado, que se trataba del espíritu de un niño que falleció ahí años atrás. Cuando su pelota fue a parar al cuarto piso, el chico fue por ella y al ver que se acercaba un guardia, se escondió para hacerle una broma, pero al momento que el niño salió gritando, el guardia le disparó pensando que era un ladrón. Desde ese momento se escucha el niño jugando ,riéndose con su pelota ;otras personas dicen que han visto la pelota bajar ya que al niño se le cae y dicen que la pelota tiene quemaduras . Después de oír o ver ,esto los empleados renuncian por que dicen que detrás de la pelota siempre viene un niño y a ellos no les gustaría toparse con ese espíritu.

Las platas

 

En el barrio de San Marcos, ahí frente al jardín, vivían tres señoritas de edad y mucho postín. A medio real y peseta, se vendían todos los panes. Sólo cobraban en plata, para engordar su tesoro. En la calle de Hebe vivieron, hace muchos muchos años. Santoyo se apellidaban, mujeres de finas manos. Lucían sarcillo y collares de reales y pesetas, de plata adornada traían sus primorosas peinetas. Tenían una huerta grande, con fruta de la estación. Higos, granadas y peras eran toda su atracción. Murieron las señoritas, después de una larga vida. Una por una a la muerte, no ganaron la partida. Hacían un pan delicioso, que perfumaba el jardín. Lo vendían por esas calles, para darse un festín. Hacían un pan delicioso, que perfumaba el jardín. Lo vendían por esas calles, para darse un festín. Buenas para hacer centavos, que Las Platas les decían. Poco a poco los ganaron, la huerta era su alcancía. Ya quedó la casa sola, sin ninguna ocupación, porque vino otra familia, a ocupar la habitación. Las cremas de fiambre estaban, para chuparse los dedos, delicias de los marchantes, eran panes de los buenos. Entonces pudieron ver, a Las Platas muy ufanas, contando su dinerito, debajo de unas granadas. De manteca y de canela, eran grandes las cemitas se deshacían en la boca, como si fueran benditas. Hacían un pan delicioso, que perfumaba el jardín. Lo vendían por esas calles, para darse un festín. Hacían un pan delicioso, que perfumaba el jardín. Lo vendían por esas calles, para darse un festín.

Fuente: leyenda de terror. (2015). leyenda de las gemelas. 18 de Noviembre de 2015, de leyenda de terror Sitio web: http://leyendadeterror.com/leyenda-de-las-gemelas

 

http://www.ags.gob.mx/cont.aspx?p=53

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